Durante siglos, Egipto había sido una sociedad politeísta. Pero ahora, la civilización está avanzando hacia una religión monoteísta. Los dioses luchan entre sí por la veneración del pueblo.
En Ankh, los jugadores asumen el papel de los dioses del Antiguo Egipto. Lucharán por la adoración de la población, acumularán seguidores, dedicarán monumentos, reclutarán monstruos a su lado y dividirán el desierto para establecer su dominio. Al final sólo quedará uno.
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